viernes, 21 de diciembre de 2012

Tranquilidad (para el día del fin del mundo)



 
He despertado tarde,
muy tarde, pero no me importa,
hoy es el día más tranquilo de la Historia,
ha amanecido el día más tranquilo y luminoso
que ha brillado jamás sobre el planeta Tierra.

He despertado tarde, es ya muy tarde para mí
y no me importa,
porque sé
que al fin vamos a ser salvados.
Hoy es el día en que todos los hombres
seremos elegidos
santos, hijos de dios.

Hoy es el día en que todos nosotros
vamos a ser imprescindibles.
Amanece sobre las santas llanuras de la Tierra
y las ciudades del pecado.
Hoy es el día en que todos nuestros pecados
han desaparecido y aprendemos a perdonar
de la misma manera que somos perdonados.

He despertado tarde y no me importa,
porque necesitaba descansar.
He comprendido que algo milagroso
ha sucedido hoy.
Mientras desayuno, lo siento
dentro de mí, por todas partes.

¡Qué tranquilo está el mundo!
Todos debemos de haber muerto ya.

Anoche bebí mucho,
lo confieso.
Bebí como si hoy
el mundo fuese a terminar.

Bueno, pues estaba en lo cierto,
el mundo ha terminado.

Liquidado en una quietud
terrible, sobrenatural.

¿Qué puede suceder después de esto?
Nada. Nada, amigo, porque
es el fin de la Historia,
el mundo ha terminado.
Termina ya tu copa y ven conmigo.
Duerme tu mona, el sueño de los justos
que merecen su borrachera
y despertar horas más tarde, más tranquilos,
tranquilos como budas, como cristos,
tranquilos como muertos.

Ven a dormir conmigo, voy a esperar a que despiertes
para que te sumes a la resaca del universo, tras la borrachera
de su consumación definitiva en cada uno de nosotros.
No mires a tu espalda, olvida tus cuidados,
al fin somos amor.
Vamos ahora a descansar
tranquilos como muertos.

Cuando despiertes, yo
voy a estar esperándote aquí, en esta mañana
que va a repetirse para siempre
porque estamos salvados.

Todo ha terminado.
Todo ha quedado hecho.
También nosotros hemos terminado, hemos llegado ya.
¿Lo ves? Tranquilo, sí, tranquilo.

Van a venir a verte comerciales
para tratar de venderte la eternidad.
Abrázalos, diles que tú también
debías esforzarte para ganarte el pan
hasta ahora, pero diles también que todo eso ha terminado,
que de ahora en adelante, y para siempre,
tan solo sudaremos para hacer el amor.

Amor, amor tan solo y para siempre.

El mundo ha terminado, eres Historia, eres amor,
eres la carne de los muertos
que viven para siempre
como muertos enamorados,
como muertos que dejan de esforzarse
por retrasar su vuelta hasta el amor.
porque si amas eres el Amor,
y desde ahora vives para siempre
de la misma manera que nosotros
mientras, amantes, te esperamos.



jueves, 20 de diciembre de 2012

Un poema breve




Ya no salgo de casa,
ahora estoy en todas partes.

Lo visible en lo invisible.
El invierno, por fin.

Llego tarde a mi propio cigarrillo.