Rácimos, radiaciones, ralea, rodalballo [...]
viernes, 31 de diciembre de 2010
lunes, 27 de diciembre de 2010
Rácimos, radiaciones,
viernes, 17 de diciembre de 2010
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Pierre Reverdy sobre la imagen
sábado, 11 de diciembre de 2010
viernes, 10 de diciembre de 2010
miércoles, 8 de diciembre de 2010
martes, 30 de noviembre de 2010
Fragmentos en construcción
-Disculpe pero, siendo franco, he de decirle que... no, no me interesa... -respondí, y justo entonces sentí otra vez ese dolor de cabeza, regresando. Agaché la cabeza, sosteniéndola con una mano, pero seguí diciendo:- Por otra parte, señor, no es una dedicación muy diferente de la suya...
Para mi pasmo, el funcionario puso de repente, con dificultosa rapidez, una pierna sobre su mesa. Movía la punta de su zapato, ya fuera de la mesa y casi rozándome, mientras el gesto de su rostro daba fe del esfuerzo que debía hacer, con sus brazos arqueados y en terrible tensión sobre los brazos de la silla, para no resbalar de ella y caer, hecho un guiñapo, definitivamente al suelo. Entonces comprendí que lo que el oficinista había tratado de hacer era darme una patada. Con otra contorsión que recorrió su cuerpo como si de una serpiente se tratase, me lo encontré de pronto, con la misma sorpresiva celeridad, abrazado con los dos brazos a su mesa y con su cabeza, casi rozándome, apuntando hacia el suelo.
Moviéndola hacia delante y hacia atrás. Cabeceando.
Hui de allí. Con todos mis documentos y visados aún sin registrar pero, cierto es, con las ideas más claras acerca de la manera en que debía conducirme, desde allí.
Y vine hasta aquí. Porque, tarde o temprano, debía venir a contarlo.
jueves, 25 de noviembre de 2010
martes, 23 de noviembre de 2010
Al fin, el frío
Pero esta tarde he estado echando un vistazo a todos los poemas que he ido rescatando de mis cuadernos, estas últimas semanas, y que he compuesto desde principios del verano pasado. Y me he sorprendido mucho. Nunca he compuesto, creo, poemas de una manera tan unitaria. Tampoco esperaba un libro, porque creo que tengo un (breve) libro, sino tan solo un montón de versos dispersos. Es, eso sí, un conjunto de poemas extraño, pero que tiene la capacidad de sorprenderme, porque es como si lo hubiera escrito otro. Como si las imágenes se hubieran ido construyendo sin mi ayuda, esquinando un sentido que ni les pertenece ni, claro está, me pertenece nunca a mí. Como si lo hubiera escrito otra persona mientras yo, durante todo ese calor, sencillamente, hubiese estado ausente.
Vuelvo a las palabras de otro, porque las palabras de otro son las que mejor explican lo que uno quiere explicar, cuando debe o quiere explicar algo. En la revista on-line Filosofía para llevar, y cuando se le pregunta por el sentido de la vida, Félix de Azúa afirma: “La religión ha desparecido, tiene una función privada. Una función privada, prácticamente como la sexualidad. […] ¿Ciencia? La ciencia, qué voy a decir, se ha convertido en una especie de efecto de atracción de inversiones a través de enormes compañías. Lo que funciona como ciencia, Hawkins, etcétera, son efectos mediáticos. […]Y [el] arte lleva el mismo camino. El camino no sólo de desaparecer sino un poco de convertirse en la representación de su propia desaparición. Si estos tres grandes mecanismos acaban deteniéndose, estaremos viviendo por primera vez en una sociedad que no tiene recursos de significación, recursos de sentido. Y ahí se abre una incógnita apasionante. El experimento de vivir en una sociedad que no sólo carece de sentido o significaciones sino que en cierto modo s
Pienso en ese libro, otra vez, y sí, es como si lo hubiera escrito otra persona. Mientras yo me ausentaba durante ese calor. Pero también pienso que escribir esos poemas no ha sido mi forma de ausentarme, de irme a un rincón apartado, por así decir, para escribirlos. Sino que era, exactamente, en esos lapsos en que los anotaba en mis cuadernos, cuando yo me ausentaba de verdad.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Vida en los cuadernos
martes, 9 de noviembre de 2010
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Un bosque

Pero algo me llama la atención en todos ellos, y es la forma en que el papel ha envejecido. Haciéndose más oscuro, regresan a su origen; como quiso de todas las cosas Anaximandro. Vuelven a la madera de la que una vez partieron. Pienso en mi casa, cuyas paredes van forrándose de libros desde hace años, desde que mi padre me inoculara, cuando yo era niño, el respeto y el amor por los libros, y pienso que todos estos años he estado construyendo un bosque muerto a mi alrededor, una tumba en la que yo acabaré poco a poco, espero que lo suficientemente despacio.
Madera vieja, una cobertura. Como una barrica en la que el vino de la imaginación y el pensamiento ajeno envejece despacio para uno; para que uno lo deguste; y enmende en parte, en lo posible, la insuficiencia de la imaginación y el pensamiento de uno.
No seré enterrado aquí. Pero, con suerte, sí lo hará mi inteligencia: irá desvaneciéndose, espero -poco a poco, ojalá- en esta tumba de madera que va siendo mi casa desde siempre, en esos libros que van siendo mi hogar. En esta tumba que es también un bosque, senderos abiertos, caminos de madera. El bosque multiplicado en el que quiero seguir perdiéndome, y envejeciendo.
martes, 26 de octubre de 2010
Bob Esponja

En el nuevo número de la revista El coloquio de los perros, y porque su director me lo encargó tras leer una entrada en este blog en la que yo trataba de dar cuenta de mi entusiasmo por Bob Esponja:
-Bob Esponja,
apuntes para una fenomenología espongiforme
(o interpretación mesiánica/antimesiánica del personaje dentro de un panorama aproximado de la televisión de animación)
domingo, 24 de octubre de 2010
Fragmentos de una novela en proceso

En todo caso es, lo sé ahora, una incertidumbre que termina cuando las luces de la calle, el alumbrado público, toma con cierta tardanza el relevo de las luces del día.
Así regreso aquí, a esta luz y a las fuerzas necesarias para volver a este cuaderno y tomar estas notas que ordenan otra vez, de alguna forma -alguna, no sé cuál- lo que a diario y a cada momento me sucede.
sábado, 16 de octubre de 2010
Novela negra en menos de quince líneas

-Pero toda novela negra que se precie, debería usted saberlo, ha de transmitir cierto contenido social -arguyó el policía al mando, aficionado a la literatura y a dicho género en concreto.
-¿No le parece suficiente denuncia, estas casi quince líneas que he venido a manchar hasta aquí, con mi propia sangre?- repuso antes de caer muerto.
sábado, 9 de octubre de 2010
Carlos Martínez Rivas: la poesía o donde A es siempre B y B es A

Salvo casos únicos como los de Rimbaud, que borran los rastros que dejan no sólo a su espalda sino también hacia el trecho que les aguarda –y nos aguarda, aún, a nosotros- ahí delante -y quedan así como fulgurantes singularidades-; salvo estos casos únicos, en la historia de la poesía, el resto de los poetas importantes, todavía genios de la poesía, suponen goznes y eslabones entre la poesía que les precede y la poesía que vendrá: así Rubén Darío, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, de forma notoria, y así, de forma más secreta y en la segunda mitad del siglo XX, Carlos Martínez Rivas: eslabón y gozne entre Rubén Darío y todo lo que sucederá en la poesía en español tras las vanguardias y el (falso) sueño del fin de las vanguardias, en la segunda mitad del siglo XX.
Parménides soñó con el lenguaje de los inmortales: sin separación entre el significante y su significado, entre ambos elementos existiría una relación de inmediatez absoluta, sin vacilación o fractura. Esta lengua divina es la lengua de los poetas, dadora de forma como el sueño, performativa sin necesidad de denotar: lengua que crea el mundo a cada instante –a cada vuelta, en cada verso. Antes que la palabra lógica y su fractura, el corte de su taxonomía y su razón, en la palabra mítica A es siempre B de manera inmediata; decir A es, de forma efectiva, decir B. Es una efectividad de la que sólo goza la poesía, y quizás por eso la admirarán siempre de esa manera extraña, entre fascinada y expulsadora-de-la-república, aquellos que trabajan desde el otro lado –el lógico- de la palabra: los filósofos.
Leo a Carlos Martínez Rivas y encuentro raros milagros de la expresión poética diseminados por sus libros La insurrección solitaria y Varia, reunidos por Visor en un solo volumen: creación inmediata, imposible fulgor de lo que no existía. Cuando la discursividad aparece, es de manera aparente, quizás como parodia. También pienso un instante en los poemas que me gustan menos, pero soy incapaz de enjuiciarlos: sospecho que ellos lo harán conmigo, y con mi mundo, en una relectura futura. Y ansío la desclasificación, esto es la publicación, de todo el material que Martínez Rivas dejó sin publicar, al morir.
Transcribo aquí, de Varia, el siguiente poema:
VERSIFICAR
Verificar Fijar Comunicar.
Verificar:
Hacer y ver lo verdadero.
Fijar:
Dar la imagen. La exactitud del hecho.
Comunicar: trato directo.
Del dicho al hecho sin trecho.
FUNCIÓN DEL VERSO
domingo, 3 de octubre de 2010
martes, 28 de septiembre de 2010
Dormir, probar suerte (el septiembre más fantasmal)

Afirma Maurice Blanchot que “cuando Rilke se esfuerza por responder a su destino de poeta, por abrirse a esa mayor dimensión de sí mismo que no debe excluir aquello en que se convierte al morir, es evidente que los aspectos difíciles de la experiencia no lo hacen retroceder[1]”.
Valga “poesía” por cualquier actividad que nos construya, que nos ayude a crear(nos un) mundo: ir más allá de uno mismo y de la muerte de uno, de la misma idea de la inevitable, muerte; el poder de la poesía (de esa actividad cualquiera, citada) para trascender la experiencia y dar forma tanto a ésta a como todo aquello que hay más allá y que apenas alcanzamos a atisbar pero que está ahí, porque si durante un instante lo hemos atisbado ya nunca cejaremos en tratar de alcanzarlo. Cuando pienso en estas cosas pienso también en el sueño. Pensar en el sueño cuando se está cansado y hay ahí algo más que un cansancio físico, sino también un agostamiento a más niveles. Dormir para después despertar, de forma que te lanzas a dormir siendo esto y no sabes si avanzarás hacia eso otro que haya más allá, no sé el qué, lo que sea, cuando despiertas: pero sueles hacerlo, quizás en esta realidad se basan las ideas de transmigración o de vida tras la muerte de las religiones.
Blancot cita a continuación al Zaratustra de Nietzsche, esa parodia religiosa: “El hombre es algo que debe ser superado”, y añade a continuación el propio Blanchot: “no porque el hombre deba alcanzar un más allá del hombre: no hay nada que alcanzar, y si él es lo que lo excede, este exceso no es nada que él pueda poseer ni ser. `Sobreponerse´ está entonces muy lejos de `dominar´[2]”
Dormir como probar suerte: es intentarlo de nuevo, para arreglar lo que la vigilia ya no puede arreglar porque ha agotado, de momento, todas sus posibilidades –o sus fuerzas: de momento.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Departamento "¿Qué opinaría Freud de esto?". Hoy: Flash Gordon
domingo, 26 de septiembre de 2010
Releyendo a Lascano Tegui

"Así comencé este libro.
"A la noche fui al Moulin Rouge y oí decir en español a una dama que tenía cerca, refiriéndose a mis extremidades:
"-Se ha cuidado las manos como si fuera a cometer un asesinato."
De la elegancia mientras se duerme (Impedimenta, 2008).
(Museo de las Mejores Primeras Páginas de Novela)
(véase también [contra]homenaje)
jueves, 16 de septiembre de 2010
Un poema de Carlos Martínez Rivas
martes, 7 de septiembre de 2010
Ahorra quento en espeñoul

Una listica de reproducción para Vds:
Ahorra quento en espeñoul
Hay una versión de un tema de Dylan porque -la pena más grande al hacer esta lista- la original no está en Spotify.
¿Alguien conoce más canciones cantadas en español por extranjeros? -me hubiese gustado elaborar esta lista sólo con tales canciones, ay, pero no me daba para tanto.
No se acepta como respuesta válida "El Pollito de California".
jueves, 2 de septiembre de 2010
sábado, 21 de agosto de 2010
miércoles, 18 de agosto de 2010
viernes, 13 de agosto de 2010
Un nuevo apocalipsis
Junto al taller de motos que hay al lado de tu casa, muy cerca de las vías del tren, el cielo se abría y llegaba un nuevo fin del mundo.
Me dirigí a los ándenes, dispuesto a esperar. Pero pasaba el tiempo y sólo estaba yo . Quizás fueron varias horas y me entró hambre, quizás tan sólo transcurrieron unos minutos y, sencillamente, me sentía absurdo allí esperando; a la vista de aquellos que no se detenían ni mucho menos esperaban nada; que pasaban veloces, preocupados o, al menos, ocupados en sus cosas, y no necesitaban esperar para tener que encaminarse allí adonde debían ir.
Con disimulo, ocultando aquel estúpido lapso, me puse en marcha y, al fin, seguí con lo que debía hacer, con mis tranquilizadoras preocupaciones de siempre, con mis cosas.
jueves, 12 de agosto de 2010
jueves, 5 de agosto de 2010
jueves, 22 de julio de 2010
lunes, 19 de julio de 2010
"Time" de David Bowie: una versión en español, rítmica y libre

El tiempo no ha extendido sus alas todavía,
habla de cosas sin sentido,
escribe tu guión, chaval,
y el mío.
El tiempo, esa fulana ágil, cae
al suelo y se masturba,
y somos tú y yo, chaval,
sus próximos clientes.
El tiempo, diluido en éxtasis y vino tinto,
exige la presencia de muñecos hinchables
y otros amigos míos,
pero sin prisa: tómate tu tiempo.
Un francotirador se aposta en tu cerebro
regurgitando vómito: Incestuoso, Estéril,
han sido algunos de sus últimos apodos.
Miro la hora en mi reloj, y son las nueve y media
y pienso Oh, Dios mío, aún sigo con vida.
¿No deberíamos estar ahora en ello?
La, la, la, la, la, la, la, la, la.
No eres una víctima, tan sólo gritas aburrido.
Te queda tiempo aún para el desahucio.
Campanas, maldición: estás envejeciendo.
Te estás helando y cogerás un resfriado
porque olvidaste en algún sitio
tu abrigo: tómate tu tiempo.
Cortar con todo esto es muy duro
pero seguir aquí, en la oscuridad, resulta odioso.
Tenía tantos sueños, hice tantos progresos;
y tú, mi amor, que fuiste tan benévolo,
dejaste, sin embargo, que el amor
te dejase sin sueños.
La puerta de los sueños aún está cerrada,
tu zona de recreo ha quedado devastada.
Chico, todo esto es real.
Puede que ahora sigas sonriendo en las sombras.
Lo único que puedo darte ahora es hacer
que te sientas culpable por soñar.
¿No deberíamos estar ahora en ello?
La, la, la, la, la, la, la, la, la, la.
Sí,
tiempo.
Es una de mis canciones preferidas de todo el -prodigioso- repertorio de Bowie, por sus aires de cabaret apocalíptico e interpretado por un, digamos, Jacques Brel mutado a William S. Burroghs.
Aquí, la canción original:
Y aquí, en directo:
Canción incluida en Aladdin Sane [1] , (c) David Bowie, Jones Music/Mainman S.A.
______________
[1] Véase una propuesta de traducción para este título en la cita final que cierra este artículo sobre Roberto Bolaño: se explica la traducción en la nota al pie nº53.