jueves, 2 de junio de 2011

Tormenta de yos



La tormenta estalló y cerré mi libro para que no se mojase, pero miré al cielo y vi que aquello que llovía eran libros, centenares de libros.

Eché a correr y cientos de yos, aquellos quienes fui cuando leí esos libros, echaron a correr.

Corrieron como el agua. Y en todas direcciones.