miércoles, 24 de mayo de 2017

Presentación en Murcia de `Las célebres órdenes de la noche´ de Diego Sánchez Aguilar


Presentar un nuevo libro de Diego Sánchez Aguilar es un placer y un lujo, pero también un reto, porque todo lo que uno puede decir de su libro lo puede decir él mil veces mejor. Y no solo porque él lo haya escrito –muchas veces un autor no es, en realidad, quien con más claridad puede hablar de su propio libro; creo que era Jules Renard quien decía que uno escribe un libro, precisamente, para librarse de la obligación de explicarlo-; supone siempre un reto presentar a Diego, decía, porque en Diego tenemos a uno de los críticos y lectores más inteligentes y precisos que conozco, y esto es algo que sabe todo aquel haya leído alguna de sus reseñas y críticas, o el extenso y prodigioso prólogo a su antología de poemas de Roberto Juarroz en Cátedra –versión reducida de la tesis con que se doctoró.





Solo diré, adelantaré de la presentación de mañana en la librería Educania, que releo su libro y ya siento que este generoso puñado de poemas, repartido en tres capítulos y titulado Las célebres órdenes de la noche, parece encerrar relecturas inagotables, por la ingente y poderosísima cantidad de pensamiento y de sensaciones que precipita y vierte aquí su autor. Y también añadiré que esta relectura que ahora estoy haciendo para preparar la presentación de mañana coincide, en una extraña serendipia, con la semana en la que voy metiéndome en vena, poco a poco, y como muchos de vosotros, las nuevas cuatro horas que Lynch nos ha ofrecido, veinticinco años después, de su Twin Peaks: siento fascinación absoluta por todo este nuevo material, creo que Lynch está reformulando en él, a su manera única, el género de terror. Y aquí encuentro la pasmosa coincidencia con Diego. Porque Diego parte, para el segundo y el tercer capítulo de su poemario, del cine de terror. Y si Lovecraft fundara en su día el horror cósmico, Lynch o Diego coinciden en sus últimas obras, se me ocurre ahora, en una suerte de terror existencial, o existencialista –la huella de Heidegger, por ejemplo, se halla en todos los poemas de este libro de Diego como novedosa, y fertilísima en su novedad, reformulación de la raíz del existencialismo de mediados del siglo XX. 



Dejo de adelantaros algunas de las cosas de las que hablaremos mañana -también quería comentar otra pasmosa coincidencia con lo nuevo de Lynch, pero mejor no os hago SPOILER, o bueno, aviso, SPOILER: en algún momento de esas nuevas cuatro horas de Twin Peaks aparece un cachivache y una situación muy similar a la que muestra la portada del libro de Diego, fantástico collage por el que hay que felicitar a Víctor Almeda Estrada.

Sí, lo sé: esta semana estoy demasiado fascinado con lo nuevo de Twin Peaks. Mañana Diego tendrá oportunidad de llamarme al orden. ¡No os lo perdáis!

Nos vemos en Educania.



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