Vuelta (a la normalidad: martes)

¿Qué dice Bill Pullman al telepuerta?

Lo que oye al principio de la película, desde el otro lado.

"Dick Laurent is dead".

Sábado (ya en serio)

Ya en serio (viernes noche)

¡Madre mía! (Welcome to the future, beautiful creature)



(Esto sí es filtrar el ruido)

Get me to the doctor

A pesar de la publicidad de mierda que nos invade, a pesar de la semana de trabajo que acaba de pasar -y de la que se avecina, vecina-, y que si Kosovo sí Kosovo no, que nadie publicará mi novela y quizás tampoco mi libro de poemas, este mes tampoco he logrado ahorrar y no sé cuándo demonios tendré casa propia, etc. etc. etc., pero... ¿sabe, doctor?, no sé qué me pasa hoy, tengo un... ¿cómo explicárselo?, es como si... un... tengo un...

"¿Que qué pienso sobre el */&%$"!! rock qué?", responde el cantante a la entrevistadora, al final del vídeo. La letra, antes, no sé si responde exactamente a esta extraña sensación de felicidad que siento de repente, pero la música, de cualquier forma, sirve -¡y cómo!- para bailar. ¿no? Yeah, doctor!

Ahora sí

que ha llegado la Posmodernidad a España.

Mein Gott!

(O sea: ¡madre mía!)

Tras la calma

... la tormenta (o viceversa).

Todas las fiestas del mañana

16 de febrero

Filtrando el ruido

Debut de Sweet Lorraine, 1:30 AM.

Más tarde actuó Charlie Hightone & the Rock-Its. ¡Viva el rockabilly hasta las 5:00 AM rodeados por Teddy Boys de Albacete y Caravaca, británicos tras(h)inv(/b)ernadores -fue en la sala de conciertos de un resort de esos- y un equipo noruego de no-sé-qué!

¿David Lynch en La Manga?

(17 de febrero)

Páginas de mi cuaderno

Idea para una novela juvenil

En el segundo recreo ha entrado al departamento Juan Ramón Barat, colega de profesión y escritor, y con el entusiasmo que le caracteriza -entusiasmo y bonhomía, resumiría: un abrazo, Juan Ramón- nos comenta que va a escribir una novela juvenil: dado el éxito que entre nuestros alumnos tienen títulos como El asesinato del profesor de lengua o El asesinato de la profesora de matemáticas, se ha decidido a escribir una historia sobre un profesor que mata alumnos. ¡Genial!, le digo, contagiado por su energía: necesitas un principio con garra... Encuentran el cadáver de un chico, me interrumpe.

No, continúo, algo más nimio de entrada. Principio de curso: un chico le pone un mote al profesor en cuestión. Ni siquiera es cruel ni ofensivo, un apodo más bien inocente, pero que tiene éxito y se propaga por todo el instituto; el cadáver del chaval aparece al día siguiente: su muerte será más terrible dado el detonante tan tonto. Y una vez tenemos el principio, el final -Juan Ramón, al fin, y sonriente, me escucha: cuando pillan al profesor asesino, descubren también que disecaba a sus víctimas, las sentaba en unos pupitres instalados en una vieja nave industrial abandonada y, pasada la medianoche, cuando la ciudad dormía, él les daba clase.

Mientras lo meten en el furgón de la policía para llevárselo, el profesor murmura poseído: Se portaban tan bien, entonces...

Un, dos, tres: Anabel

Durante el tiempo que he estado desconectado de la red, Anabel ha montado un blog estupendo al que les remito ya mismo y desde aquí. ¡Anababelismo al poder!

Páginas de mi cuaderno

Dadle mucho volumen, antes de pinchar el play