sábado, 31 de mayo de 2008
viernes, 30 de mayo de 2008
jueves, 29 de mayo de 2008
O(h),ración para mañanas como Ríos
Julián Ríos (dedicatoria para la Feria del Libro, en el diario El Mundo de hoy)
(Recogido por Fundación Y No Olviden Sicilizarse E Hipertextualizarse).
martes, 27 de mayo de 2008
Soneto para Batman: segunda versión (y definitiva, creo)
su batmóvil, furioso, contra el cruce
"Obsérvala: cerqué esta barahúnda
Más ensayos de danza y estertor:
arden: persiguen héroe y forajido
lunes, 26 de mayo de 2008
Soneto para Batman
Cuando llega la noche, Bruce se enfunda
su traje de murciélago. Conduce
su batmóvil, furioso como el cruce
de noche y día en la ciudad inmunda.
"Obsérvala: cerqué esta barahúnda
al llegar la mañana, mas no luce
por mucho tiempo la limpieza: azuce
su embajada el infierno aquí, rotunda".
Este ensayo de danza y estertor
perseguidor y perseguido ensayan.
Cabezas de dementes sobre estacas
ardiendo: héroes y villanos hallan
linderos para el baile en su interior.
Acompáñame, ven a las cloacas.
jueves, 22 de mayo de 2008
Fragmentos de un mundo flotante
b) En la entrada anterior hablé de un recital; finalmente, como avisaba Joseda en comentario, no fue Jesús de la Ossa sino José Alcaraz. De repente, los tres empezamos a ver con estupor cómo la carpa se llenaba de madres con sus niños: alguien había corrido el bulo de que íbamos a leer literatura infantil. Una vez abrimos el acto, Juan de Dios tuvo que explicar que estábamos allí para presentar y hacer una breve retrospectiva de "El coloquio de los perros", una revista literaria, literaria a secas, no un espectáculo de títeres ni nada parecido; las madres se levantaron y se fueron con sus chavales. Si llegan a avisarnos, a mí al menos no me hubiera importado preparar cuentos o poemas para niños. Raro, incómodo...: en fin.
c) Yo no debería estar aquí ahora, escribiendo esto, pero es que sobre todo quería decir que en los intervalos de los intervalos de los descansos, o sea diez minutos al día, vuelvo a los cómics de Jack Kirby (curioso, con él arranqué esta bitácora). Porque amo sus tebeos entre la sci-fi y lo telúrico, sus personajes entre el clown, el fool y el príncipe shakespereanos en uno -¿Hamlet?-, y el mito inca; sus perpectivas imposibles, las máquinas e ingenios inspirados sólo en parte en el mundo que compartió con nosotros: la mayor proporción de todo eso la sacó de un mundo que sólo existió en su cabeza, y cuyo secreto se llevó a la tumba; la fuerza hipnótica del avance de sus narraciones, de los encuadres con que se nos sirve. Se me ocurre que es el William Blake de la era atómica.
viernes, 16 de mayo de 2008
El contraataque de la gente burbuja
jueves, 8 de mayo de 2008
La vida es sueño
-Ya existe: Eugenio Oneguin.
Se dio la vuelta, parecía enfadado, como si lo hubiese pillado en falta. Reía, también, no sé. Gritó:
-¿Qué dices? ¡No se te entiende! ¡Habla en cristiano!
(La locura abofetea, obscena, las rosas
José María Corbalán)
martes, 6 de mayo de 2008
Un poema de Louise Glück
EL LIRIO SALVAJE
Al final de mi sufrimiento
había una puerta.
Escúchame atentamente: eso que llamas muerte
yo recuerdo.
En lo alto, ruidos, ramas de pino en movimiento.
Luego nada. El sol mortecino
parpadeó sobre la superficie reseca.
Es terrible sobrevivir
como conciencia
sepultada en la tierra oscura.
Luego se acabó: eso que temes, ser
un alma y no poder
hablar, terminar bruscamente, la tierra rígida
combándose apenas. Y lo que me parecieron
pájaros arrojándose a los matorrales.
A ti que no recuerdas el tránsito desde el otro mundo
te digo que pude hablar de nuevo: todo aquello
que regresa del olvido regresa
para encontrar una voz:
del centro de mi vida surgió
un manantial inmenso, sombras
de azul abisal sobre agua de mar celeste.
(Traducción de Adolfo Gómez Tomé,
en El coloquio de los perros nº20)
lunes, 5 de mayo de 2008
Trilogía de la inactividad (I)
"¿Control de de Tierra, Control de Tierra?". No: conquistadores bostezantes sobre los campos de un país conquistado hace tiempo. No.
domingo, 4 de mayo de 2008
Trilogía de la cena (I)
Y así llegamos hasta ahora, que estamos en este restaurante italiano, ella no deja de pedir un plato tras otro y yo me aflojo la corbata por el calor, ¿no hay aire acondicionado en este maldito sitio? Miro a mi alrededor: los adolescentes que nos rodean no parecen sufrir menoscabo alguno por la temperatura y devoran ufanos, sin asomo de sudor alguno en sus rostros, sus trozos de pizza, sus ensaladas césar, sus raviolis. “Este solomillo te va a encantar”, aventura ella, que tampoco parece sudar, que hace sonar sus carcajadas estentóreas una y otra vez, también mientras la camarera hace sitio para el solomillo, para los tomates con mozarella, para el provolone, desalojando los otros platos ya vacíos. Paso de nuevo la servilleta por mi frente, también me seco la nuca; ¿nunca cesarán estos ríos de sudor? Pronto aflojaré mi cinturón. Hago esfuerzos: por tragar, por sonreír. Antes de que la camarera termine de salir del comedor mi compañera de mesa le grita que unos gnocchi, que unos tallarines, que un poco más de parmesano. Los adolescentes nos miran, creo que nos miran. Yo, por si acaso, sonrío.
Creo que voy a desvanecerme, pero prefiero no pensar en ello: aprieto mi servilleta bajo la mesa con el puño, sin que nadie pueda verme. Con la otra mano aso mi tenedor, lo aprieto entre mis dedos; miro a mi comensal, sonrío: sigo comiendo.
sábado, 3 de mayo de 2008
"El enemigo es aquel cuya historia aún no hemos oído"
Dos maravillosos lapsus linguae de la traductora simultánea, automáticamente corregidos por ella, pero que yo ahora les regalo a Vds:
"Heterógeno"
"Obscénico"
PD: Ayer por la tarde/noche paseaba con mi chica por Trapería cuando me topé casi de bruces con Zizek. Quise justificar ante mi chica mi cara de estupor balbuceando apenas: "Soy fan suyo desde que leí Bienvenidos al desierto de lo real".
Conferencia al canto: esta misma mañana -de 12:00am hasta las 4:30pm, junto a Simon Critchley -. Llamadas de Diego y Antonio aparte, buscando en Google encontré anoche más información aquí. Les dejo un fragmento de mi cuaderno.
viernes, 2 de mayo de 2008
Al fin (moría)
Miré hacia atrás: si no veía luz alguna, delante, vería al menos mi estúpido cuerpo quedando atrás. Pero mi cuerpo no estaba. Me detuve: eran mis piernas de siempre las que me sostenían sobre el suelo encharcado por la lluvia de la tarde; miré mis manos, las palmas abiertas de mis manos, encharcadas por las lágrimas: eran mis manos de siempre, las que ahora buscan en los bolsillos de mi chaqueta acostumbrada el tarro de las pastillas para arrojarlo lejos.
Rebota contra el suelo pero desvía la trayectoria que mi mano le imprime por la inercia de un cuerpo que se acerca a gran velocidad, un coche que pasa ya casi junto a mí, casi a mi altura; me arrojo contra su guardabarros: frenazo, el ruido de la colisión, mi sangre, alguno de mis miembros (¿un brazo, una pierna?) se desprende huyendo de este infierno de tedio; creo, parezco percibirlo (al dejar de percibirlo), pero no puedo verlo: veo borroso y después pierdo la consciencia. ¿He muerto al fin, he muerto, he muerto?
Dejo atrás un cuerpo, lo miro por el espejo retrovisor y creo reconocer mi viejo cuerpo, destrozado y desmembrado, junto a unos contenedores en sombra. La sangre que mancha el parabrisas, supongo, es mi antigua sangre. Voy a tercera: meto la cuarta. Miro el espejo interior y sigo siendo yo. Pero algo ha cambiado. La marcha entra suave, acelero despacio. Llueve otra vez. He llegado al fin de la ciudad. Es de noche, no hay luna y adivino a mi alrededor centenares de árboles.
Podría estrellarme contra cualquiera de ellos. Son hermosos. Espectrales, hermosos. Subo de marcha y sigo acelerando.