sábado, 27 de diciembre de 2008

Sofía y yo

Lo cierto es que me había enamorado de Sofía, y por mucho que sopesara todas las dificultades a las que nuestra relación debía enfrentarse, no tenía más remedio que lidiar con ellas y salir adelante. Pues Sofía era presentadora de televisión y, por lo que a mí respecta, vivía dentro del aparato.
Ella no debía tener nada que ver con la persona de carne y hueso que, a miles de kilómetros de distancia, la encarnaba en pantalla. Si mi Sofía era elegante y cuidadosa al dar las noticias más terribles o anodinas, la Sofía real bien podía tratarse de alguien zafio y brutal; si daba el parte meteorológico con sofisticado humor y distinguida dicción, la Sofía real bien podía jurar y maldecir como un camionero, no distinguir una isobara de la alambrada en un estado de excepción. Si su sonrisa pixelada era seductora, cálida y franca sin ocultar su último misterio, su carácter real bien podía ser destemplado y caprichoso en el peor sentido; insoportable y mezquino.
Compré en su día el TDT; consigo cables, parabólicas, antenas nuevas. Y renovamos a menudo su carcasa: el último modelo siempre. Sí, estaba enamorado. Y estaba dispuesto a proclamarlo más allá de las paredes de nuestro hogar, entre las calles y el pasmo de nuestros vecinos. Para que nos diese el aire, sacaba el aparato sobre una mesa con ruedas y lo arrastraba adonde quiera que nos apeteciese prolongar nuestros paseos románticos. Lo que durase nuestra batería de luz. No nos importaba que nos mirasen raro en las confiterías y las terrazas, que susurrasen a nuestras espaldas mientras recorríamos los pasillos de grandes almacenes y bulevares. Sofía brillaba para mí, hablaba para mí, solo a mí me dedicaba sus miradas.
Estoy enamorado de Sofía. Los que no nos entienden son los que fueron ciegos siempre. Encienden su receptor y creen matar con ello el tiempo, sin saber que así lo crean, que sucede ante ellos sin que puedan pasmarse ante el milagro. Por esa razón, de entre los millones de personas que la ven, solo a mí me habla, para mí son todos los mensajes de amor secretos, las claves que descifro con paciencia, aquellas que hablan de un mundo en el que finalmente todos nuestros semejantes habrán desaparecido, incluida la Sofía real. Y la verdadera Sofía, la del televisor, dejará que arrastre el carrito que porta el aparato a través de las ruinas de un mundo antiguo, que feneció por no entendernos.
No estoy loco, quizás el mundo no acabe nunca. En ese caso, con suerte, acabaré yo antes que ella. Y si es ella quien lo hace, el día que se apague para siempre, en mi vida quedará tan solo nieve y un ruido monocorde de estática final y sin sentido.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Mas-co incidencias


Muchos dias sin actualizar el blog: demasiadas tareas, al margen, pero al fin de vuelta al centro de la red y el ruido -que descanso. Hoy justo, por ejemplo, yo que se, subo las imagenes de algo que paso hace casi un mes. Por la noche asisto en Cuenta atras a la muerte de Lightray, uno de mis personajes preferidos -el titulo original del tebeo que protagonizaba con Orion, New Gods, inspiro mi primer libro de poemas.
Apenas una hora despues, ya en la cama y casi dormido, mi chica me avisa de un ruido que yo tambien he oido: algo ha caido al suelo desde las estanterias de los libros. Acudo a ver de que se trata y es el muñeco de Darkseid, el principal enemigo de Lightray, el que se ha despeñado por accidente -los gatos no han tenido que ver, a pesar de lo que pudiera parecer por la foto: no pueden llegar hasta el estante donde esta el muñeco.


Se le ha roto un pie con la caida. Menos mal que los muñecos no tienen pene, lo digo porque recuerdo a Osiris, que tras su reconstruccion, y porque lo devoro un pez en el Nilo, le faltaba el talon en unas versiones y el pene en otras.
Tras unos dias de castigo acabo reconstruyendolo: es mas Seth -Darkseth- que Osiris, pero no quiero problemas.
La lucha contin´´ua -aqui mi falta obligada de tildes me obligaba a la bisemia, por lo que opto por la -obligada por mi escacharrante teclado- bitilde. (A vosotros, que no a el, os deseo:)
Feliz resurreccion.

martes, 9 de diciembre de 2008

Dos poemas



Marta Zafrilla me pide, para acto seguido alojarlos con hospitalidad en su blog, un par de poemas. Son recientes, es decir, sacados del horno justo para ella: reescribir, corregir, reescribir...; una excusa perfecta para visitar su web si no lo han hecho ya.

¡Abrazos crujientes, Martica!

lunes, 8 de diciembre de 2008

Mentiroso mentiroso



Hace un par de semanas entro en clase una estudiante universitaria para hacerles a los chavales una encuesta sobre reciclaje. Bueno, yo tambien tuve que hacerla, cosa que choco a algunos alumnos; a Kevin, por ejemplo, que formulo su extrañeza en voz alta: "¿Usted tambien se examina como nosotros, profesor?". La chica le respondio sonriendo: "Claro, ¿ves?. El tambien".
Kevin espio mis respuestas encaramado a mi mesa y repuso a la muchacha con voz contrariada: "Pero no se fie, no esta siendo sincero, ¿ve? ¡Hasta pone las tildes!".


PS: Desde que me paso queria contarlo porque me parecio muy gracioso y hoy por fin, dia de fiesta en el que he terminado la mitad aproximada de cosas que queria hacer este puente, me he propuesto sentarme un instante para hacerlo. Y justo ahora -esas coincidencias que a veces me asustan-, sospecho que porque he estado limpiando el teclado y debo de haber fastidiado la tecla en cuestion... ¡no puedo poner tildes! Cuando lo intento esto es lo que sale: bal´´on. No es broma.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Incursión


El móvil en el suelo y mantas arrugadas. Una penumbra persa. Muchas cosas que hacer. Que no las pienso hacer.

Pienso quedarme aquí durante un tiempo.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

El detective y sus máscaras: la era pop viste de colores al detective



Después de escribir esto me sentí un poco solo, allá por el 99; le pasé el artículo antes de publicarlo a algún profesor, que se encogió de hombros algo escéptico al ver la temática y, sobre todo, la analogía que yo sostenía entre el cómic de superhéroes y la novela de caballerías. Hoy, con el nuevo ensayo de Eloy Fernández Porta y el último número de la revista Quimera con dossier dedicado a las narrativas superheroicas sobre la mesa, me he acordado de él. Lo cuelgo aquí, escaneado, por si les apeteciera echar un vistazo –hagan clic sobre las imágenes para leer.

(Publicado originalmente en Postdata. Revista de artes, letra y pensamiento nº21, Murcia, verano de 1999. Las ilustraciones que acompañan al texto son, por orden, de Mike Allred y de José Muñoz).