domingo, 8 de abril de 2007

Deep hit of the morning sun

Llamaron exigiéndome poemas, relatos, sonetos y haikús, novelas río,
tostones posmodernos, palabras que entretuvieran nuestra espera de la luz,
-ni el Uno ni el Ser sino un buen juego de piernas, Sr. Cooper,
un buen juego de piernas será fundamental-,

vinieron a esta sala de espera llamada purgatorio, al club de los lectores de la ciencia-ficción
-y al tercer día Roberto Bolaño ascendió a guía y patrón de la Multiversidad Desconocida
pero si me gusta Philip K. Dick ahora estoy con Ursula K. Leguin-
¿y todo para qué?

Obras maestras, filosofía futura
y así la piedra canta y tal y tal.
Más kilos de papel impreso.

Denos sus ideas, me decían, sus palabras,
estamos aguardándolas como agua de mayo,
piense y hable, escriba,
todo depende ahora de usted.

Pero aún es abril, y aunque no sé todavía quién parará la lluvia
sé que me queda al menos un día de descanso.

Tras imprimir a las persianas un cierre moderado,
imito al gato
y vuelvo a la cama.


(banda sonora: Primal Scream a ritmo de bossanova y volumen muy suave)