domingo, 12 de octubre de 2008

50.000

Estamos de enhorabuena: esta bitácora o blog sobrepasa ya las 50.000 palabras.

No queremos dejar pasar la oportunidad de agradecer a cada una de ellas su colaboración para que nuestro espacio haya sido posible y siga siéndolo, esperemos, en el futuro. Y que sigamos acumulando todas esas palabras, montonocitos de garbanzos dejados atrás en nuestro viaje sin retorno hacia la nada.

Calladas más allá de sus convencionales referentes, sosteniendo con profesionalidad su doble cara significante y significadora, sus más viejas etimologías, sus connotaciones de más nuevo cuño; sin dejar que sus vidas íntimas, secretas, sus pequeñas miserias y sus desconocidos logros personales interfieran en su labor. Sometiéndose a las reglas de la sintaxis, del texto y la retórica, del juego y la filigrana, del hallazgo casual y la torpeza recurrente, ejercen solícitas de puente entre quien modestamente escribe y vosotros, quienes insensata, desocupada e incomprensiblemente leéis.

Toda celebración esconde una disculpa y una demora: llevo tiempo sin actualizar esta bitácora. Espero volver a hacerlo pronto; porque se me ocurre, por ejemplo, que aún hay muchas palabras que aguardan su turno: obstetricia, batiscafo, valladar.
Vuelvan pronto, por favor. Yo pronto volveré.
Más de 50.000 palabras.
No nos dejen ahora solos.

1 comentario:

Esther Cabrales dijo...

ey ¿las ha contado usted? wow... Batiscafo me gusta. Me suena a hombre de pueblo con boina y bastón, pero no.

¿Quién fuera el batiscafo de tu abismo? ¿Quién fuera explorador?...