Dicho todo lo anterior, pudiera parecer que entono una palinodia y no es así. Hace poco leía la misma queja acerca de la confusión entre la realidad y la ficción, por parte de un autor de tebeos -precisamente hablaba de ellos también en el post de ahí abajo. Su preocupación me dejó perplejo y reflejó como en un espejo inverso y restablecedor cualquier atisbo que yo aún pudiese albergar al respecto, todavía. Conclusión: y qué más da.
Más: ando dándole los últimos toques a otro libro de poemas que ríete de la confusión entre realidad y ficción.
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