"El primer día en que confié mi mano a una manicura fue porque iría en la noche al Moulin Rouge. La antigua enfermera me recortó los padrastros y esmeriló las uñas. Luego les dio una forma lanceolada, y al concluir su tarea las envolvió en barniz. Mis manos no parecían pertencerme. Las coloqué sobre la mesa, frente al espejo, cambiando de postura y de luz. Tomé una lapicera con esa falta de soltura con que se toman las cosas ante un fotógrafo y escribí.
"Así comencé este libro.
"A la noche fui al Moulin Rouge y oí decir en español a una dama que tenía cerca, refiriéndose a mis extremidades:
"-Se ha cuidado las manos como si fuera a cometer un asesinato."
Vizconde de Lascano Tegui, primera página de
De la elegancia mientras se duerme (Impedimenta, 2008).
(Museo de las Mejores Primeras Páginas de Novela)
(véase también
[contra]homenaje)
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