domingo, 21 de abril de 2013

La muchacha francesa del violín


La muchacha francesa delgada del violín
se aleja río abajo a bordo de su barca
hecha de flores que un día llovieron sobre Notre Dame.

Adieu, adieu!, cantan las flores para mí.
Adieu, adieu!, me dicen la muchacha y su violín.

¿Puedo quedarme un poco más?,
pregunto a mi madre desde la orilla.
¿Puedo sencillamente no volver?,
le pregunto a mamá,
que me espera escondida en las montañas
desde que tengo cinco años.

Ha llegado la noche, estoy solo y hace días
que los violines dejaron detrás de sí
su rastro de flores
sobre un río que no puedo cruzar.

Siempre puedo contar con las montañas
a las que no voy a volver.

Hola, noche, hola, hola.

Ha llegado la noche,
refresca junto al río y yo también
quiero llover un día sobre Notre Dame.


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