sábado, 1 de febrero de 2014
Después de leer `En el bosque, bajo los cerezos en flor´ de Ango Sakaguchi
He flipado con este libro y ahora voy a por más, a por sus compañeros de generación, Osamu Dazai, quiero más, más. Los japoneses y el sadismo, los japoneses y lo grotesco. Donde Jean Lorrain se extiende demasiado y aburre, los japoneses condensan y hacen miniaturas perversas, bellísimas y terribles, hipnóticas.
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