sábado, 19 de mayo de 2007

El paseo


Te he estado buscando durante horas y la ciudad estaba vacía, una ciudad fantasma. Cuando he comprendido que ya no iba a encontrarte era de noche, y sólo entonces me he dado cuenta de que me rodeaban cientos, miles de personas; aparecían poco a poco, uno a uno, y comprendía que siempre habían estado ahí: de un lado para otro, ajetreados, febriles, sumidos en sus propias pasiones, en sus locuras privadas, en sus risas, en su olvido.


Habían pasado horas, quizás toda una vida. Asustado, he vuelto a casa.

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