viernes, 18 de mayo de 2007

Tris-me-gis-tus!


¡Qué sueño hace hoy! Pero no me importa, y no porque lleve torta sino debido a que, en mis ratos libres y en el tren, sobre todo -ese dorado invento que me ha permitido perpetuar todo el año el lujo veraniego de leer, leer, leer, dos horitas extras y en exclusiva cada día, sin miedo a sumergirme en tochos ni tocomochos, menudo verano pasado con Thomas Pynchon, ya que sajones estamos, menudo de bien, de gigantesco-, ando con un libro al que ya le tenía ganas, ya, y todas mis expectativas no sólo no se han visto defraudadas, sino que aún se ven multiplicadas al infinito, todo el que cabe, por ejemplo, en una digresión -ese tapiz que se dispara en múltiples direcciones, por parafrasear a Enrique Vila-Matas-, placer condimentado además por unas excelentes anotaciones de Javier Marías.

De Zoyd -"¡Sigue soñando, Zoyd!"- a Zounds! -"Z______!"- la castaña caliente sigue su camino.

¡Que qué pereza y qué sueño pero me da lo mismo, que hoy no me busquéis, que estoy con el Tristram Shandy!

¡Ea!

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