miércoles, 9 de enero de 2008
El día que no dejé de leer el Rockdelux
Este año Rockedelux vuelve a acertar con una lista de lujo para guiarnos a través de lo mejor del año, quiero decir que talmente de acuerdo con Panda Bear porque retoma el ruido allá donde lo dejó Brian Wilson con su Smile, y sobre todo el último de Animal Collective, grupo que ya despertó mi atención con sus anteriores discos pero que con el último me tiene hipnotizado hace semanas.
¿Pegas? Para el tercer puesto, y ya puestos con el dub, me quedaría con Disrupt, grupo que ni sale entre los cincuenta elegidos, antes que con Burial. Y a Robert Wyatt lo pondría algo más adelante que en el número once -aunque la revista ya eligió con toda justicia su disco anterior como mejor del año, hace dos o tres.
Una amiga, que lleva sufriendo mi hipnosis animal sin participar del todo del colectivo con heroica tolerancia, me acompañaba mientras compraba la revista. Cuando vio el primer puesto se reía: "Sin duda que sois tal para cual, la revista y tú. ¿A qué disco habrán elegido como mejor nacional?" "Yo creo que al de los Planetas", aventuré. Cuando llegamos a la página correspondiente se quedó de piedra.
Aquello de los taquiones, supongo. Ahora iré apagando mis resonancias a ver si supero la velocidad de la luz un rato y echo una siesta no pétrea, sino etérea, que la vuelta al madrugón me tiene de bajón.
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