Lydia Lunch & Gallon Drunk se deslizaban, sin saberlo, dentro de Viajando con la mente furiosa de Mrs. K
“Fue idea de Zordas, nuestro director artístico. Como suele suceder con sus ideas, llegaron porque sí y sin llamar a la puerta: durante el rodaje, un día nos fallaron dos actores, esa tarde los productores nos amenazaron con retirar la financiación y mandar la película al garete y por la noche Zordas, yo y los cinco actores que aun quedaban con nosotros tras la cena en El Fulli y las depresivas pero constantes copas, en diversos garitos alrededor, fuimos a prolongar dichas copas a un concierto de Lydia Lunch y Gallon Drunk. Zordas llevaba encima, como suele, su cámara de súper-ocho. Rodó durante todo el camino hasta la sala de conciertos y, para su sorpresa, también en el concierto: era una sala muy pequeña y nadie se quejaba”.
“No me preguntes cómo, pero aquel concierto se coló en el montaje final: diez minutos de punk con nuestro protagonista sintiéndose en mitad de Cielo sobre Berlín, solo que a las afueras de Murcia, en una sala pequeñita, y actuando sin saberlo: allí delante, mientras Lydia le gritaba que your love don´t pay my fucking rent”.
“Jodidos Gallon Drunk y jodida Lydia Lunch: cómo sonaban de bien”.
(Declaraciones de Antón Wu para el articulo “Viajando por el rodaje de Viajando con la mente furiosa de Mrs. K”, en la revista Cinefobia. Cine caníbal para vegetarianos extáticos, Totana, 2010).
(Murcia, 1973). Licenciado en Filología Hispánica, con másteres en literatura comparada europea y en escritura de guión para cine y televisión. Sus dos primeros libros de poemas fueron Los nuevos dioses (finalista del premio Voces del Chamamé, Asturias, 2001; Los cuadernos portátiles, Murcia, 2001) y Agujeros (Tres Fronteras, Murcia, 2002), aunque hoy, como suele suceder con los primeros libros, salvaría solamente algunas páginas de ellos.
Más recientemente ha publicado un largo y alucinado poema épico, o road movie en verso, de título Vigilia del asesino (Celesta, Madrid, 2014); el libro misceláneo de poemas y fragmentos narrativos Llegada a las islas (Baile del Sol, Tenerife, 2014); y la plaquette Animal fabuloso de veintisiete letras (Mursiya poética/Colectivo Iletrados, Murcia, 2012).
Como narrador es autor del libro de relatos Los monos insomnes (Chiado, Lisboa, 2013), la plaquette en formato electrónico Nosotros, los telépatas (Suburbano, Miami, 2013). y la novela breve Armas de fuego místico, incluida en el volumen colectivo Extraño Oeste (Libros del Innombrable, Zaragoza, 2015).
Ha colaborado como crítico y ensayista en revistas como El coloquio de los perros, Deriva o Quimera, y en la antología de relatos Los Supremos. Superhéroes y cómics en el relato hispánico contemporáneo (El Cuervo, Bolivia, 2013), donde firma el ensayo “Encuentros con entidades. Mis experiencias con los superhéroes”, que sirve de epílogo al volumen. Sus relatos y poemas han aparecido en revistas como La bolsa de pipas (Mallorca) o Hache (Murcia), y en websites como Los noveles, Las afinidades electivas o La nave de los locos.
Mi último libro de narrativa
Antología que incluye mi novela breve `Armas de fuego místico´, western postnuclear
"Elimínese la sabiduría, rechácese la inteligencia, y las gentes obtendrán cien veces más beneficio. Elimínese la benevolencia, rechácese la rectitud, y los hombres retornarán a la piedad filial y al amor. Renúnciese a la industria, arrójese el interés, y no habrá ya bandidos ni ladrones. Pero estas tres razones, tomadas como normas, serán insuficientes. Mejor es que el hombre actúe libremente, es menester que sepa a qué atenerse: ser modestos por fuera y conservar la simplicidad interior, ser menos interesados y con escasos deseos".
"Eliminado el estudio, ya no hay preocupaciones. Entre un respetuoso sí y una bronca respetuosa, ¿cuánta es la diferencia? Entre lo hermoso y lo horrendo, ¿dónde está la diferencia? Los demás me temen, mas también yo no puedo dejar de temer a los demás. ¡Cuán grande es su vaguedad, que no conoce límites! Desborda la multitud de alegría, como si participara en el banquete del sacrificio y de la ofrenda, como cuando sube a las terrazas de primavera. Yo, en cambio, indiferente de nada me preocupo, cual recién nacido que aún no sabe llorar. Sin ánimos, como quien no tiene a dónde ir."
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