Será una tregua falsa donde surgirá algo más, y mejor, que hacer. En puesto de. Algunas otras cosas. De las que me iré acordando. Y un dejando de recordar. Que será un recordar, y apuntar más deberes: me conozco.
Siete de la mañana, olvida esas pocas páginas que has leído en casa, antes de salir. Y ese par de párrafos que has leído aquí, antes de abrir este cuaderno.
Cierra tambien este cuaderno. Aunque no sea un deber sino, más bien, su reverso: carga sus baterías. Pero igual lo cierras.
Siete de la mañana. Mente en blanco. Por ahora.
Ya llega el autobús.
* * * * *
Se va a cercando: espero que lo haga. ¿Es mi autobús? Cuando ya casi puedo leerlo, su anuncio luminoso en el frontal muta y, en grandes caracteres, dice:
FELIZ NAVIDAD
Sigue felicitándome mientras se va deteniendo y me franquea sus puertas, deslizándolas a uno y otro lado.
Debo subir. No se si es mi autobús, pero igual subo.
[Esta noche subo aquí dos imágenes de hace dos cuadernos, cuando llegue a casa: escribo esta nota desde el trabajo, 17:07]
[Hecho. 20:30]
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