domingo, 24 de octubre de 2010

Fragmentos de una novela en proceso



La luz se va despacio, al acabar la tarde, y yo no me doy cuenta o no lo hago de forma directa. No en la luz, que se ausenta sin que yo lo perciba, sino en mi pensamiento, en un sentir inexplicablemente oscuro: es un pesar extraño, porque no encuentro la causa o, mejor, he entrado en él despacio y sin saberlo.

En todo caso es, lo sé ahora, una incertidumbre que termina cuando las luces de la calle, el alumbrado público, toma con cierta tardanza el relevo de las luces del día.

Así regreso aquí, a esta luz y a las fuerzas necesarias para volver a este cuaderno y tomar estas notas que ordenan otra vez, de alguna forma -alguna, no sé cuál- lo que a diario y a cada momento me sucede.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola a todos, también estaría bien un poco de rarología
http://roratopografia.blogspot.com/