sábado, 9 de octubre de 2010

Carlos Martínez Rivas: la poesía o donde A es siempre B y B es A



Salvo casos únicos como los de Rimbaud, que borran los rastros que dejan no sólo a su espalda sino también hacia el trecho que les aguarda –y nos aguarda, aún, a nosotros- ahí delante -y quedan así como fulgurantes singularidades-; salvo estos casos únicos, en la historia de la poesía, el resto de los poetas importantes, todavía genios de la poesía, suponen goznes y eslabones entre la poesía que les precede y la poesía que vendrá: así Rubén Darío, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, de forma notoria, y así, de forma más secreta y en la segunda mitad del siglo XX, Carlos Martínez Rivas: eslabón y gozne entre Rubén Darío y todo lo que sucederá en la poesía en español tras las vanguardias y el (falso) sueño del fin de las vanguardias, en la segunda mitad del siglo XX.

Parménides soñó con el lenguaje de los inmortales: sin separación entre el significante y su significado, entre ambos elementos existiría una relación de inmediatez absoluta, sin vacilación o fractura. Esta lengua divina es la lengua de los poetas, dadora de forma como el sueño, performativa sin necesidad de denotar: lengua que crea el mundo a cada instante –a cada vuelta, en cada verso. Antes que la palabra lógica y su fractura, el corte de su taxonomía y su razón, en la palabra mítica A es siempre B de manera inmediata; decir A es, de forma efectiva, decir B. Es una efectividad de la que sólo goza la poesía, y quizás por eso la admirarán siempre de esa manera extraña, entre fascinada y expulsadora-de-la-república, aquellos que trabajan desde el otro lado –el lógico- de la palabra: los filósofos.

Leo a Carlos Martínez Rivas y encuentro raros milagros de la expresión poética diseminados por sus libros La insurrección solitaria y Varia, reunidos por Visor en un solo volumen: creación inmediata, imposible fulgor de lo que no existía. Cuando la discursividad aparece, es de manera aparente, quizás como parodia. También pienso un instante en los poemas que me gustan menos, pero soy incapaz de enjuiciarlos: sospecho que ellos lo harán conmigo, y con mi mundo, en una relectura futura. Y ansío la desclasificación, esto es la publicación, de todo el material que Martínez Rivas dejó sin publicar, al morir.


Transcribo aquí, de Varia, el siguiente poema:



VERSIFICAR




Verificar Fijar Comunicar.

Verificar:

Hacer y ver lo verdadero.


Fijar:

Dar la imagen. La exactitud del hecho.


Comunicar: trato directo.
Del dicho al hecho sin trecho.


FUNCIÓN DEL VERSO

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