viernes, 29 de junio de 2007

Vuelvo de Lorca


Hace tres años descubrí la música de este señor. Estuve todo el año siguiente y poco más escuchando sus discos de forma obsesiva, uno a uno, una y otra vez.

La letra es algo así como Kafka pasado de hachís y perdido en Andalucía (él mismo se define mejor que nadie en una de sus últimas canciones, lo he citado en otra entrada: Kafka en la tasca, la rima del año). De su música me quedo sobre todo con sus primeros discos: esas guitarras rítmicas, que con su avance imparable sólo refuerzan la indestructibilidad de la nervadura melancólico-melódica; esas castañuelas en bucle para los estribillos; y quizás, ante todo, esos organillos infinitos... Después, claro está, de la forma única de cantar de Antonio Luque.

Somos legión los que opinamos así (Diego, Álex, Hueso...): Chinarro + The Cure= mejor. Sus dos últimos discos son maravillosos. Pero los primeros...

Vuelvo a él. De forma no tan obsesiva, pero vuelvo a ratos. Hipnotizado. Fascinado. Una y otra vez.

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