Isolda, a la derecha, deberá esperar un mes para su primer aniversario.
(La foto, por cierto, no está preparada: de esta guisa me las encontré a los pies de la cama, una mañana al despertar, y minutos después en el sofá, mientras yo tomaba el café y rezaba mis oraciones de la mañana a San Google: me di cuenta que me habían seguido sólo para reconstituir cerca de mí otra vez su abrazo: ya no pude evitar robarles un poquito de alma para fijar la escena).
1 comentario:
ohhhh, hummmmmmm
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