miércoles, 29 de julio de 2009

Ya en serio: calor y nopodermiento


Queria hablar sobre las dos versiones de La invasion de los ladrones de cuerpo que conozco -no he visto la de Ferrara, ni ganas: no me repuse nunca de ver su El teniente corrupto-. Queria hablar del tema de la paranoia, que si en la primera, como en el resto del cine de serie B clasico alude en metafora, o de tapadillo, mas bien, al miedo al otro sovietico o -aun peor- al del otro en casa -la caza de brujas del -infausto- senador McCarthy-, en la segunda tenemos instalado ese miedo en la mas pura paranoia setentera. Y aqui debia llegar al tema que me interesaba, el de la setentidad. Tambien queria anotar que la primera version de esta pelicula estuvo a punto de llamarse Sleep No More y solo me he enterado despues de que se me ocurriera la paranoia anterior de los ruidos -ver las entradas anteriores- mientras trataba de dormir. La setentidad, decia. ¿Por que no he escrito finalmente sobre ello? Pues porque queria realizar una graciosa y elegante finta enlazando con el tema del miedo y la paranoia a traves de la version cinematografica del Manuscrito encontrado en Zaragoza. Vamos, pense que iba a poder, que la pelicula me iba a dar para ello. Enlazando esa con la de Kaufman, via la setentidad. La conformacion setentera -exclusiva y automaticamente reconocible, para esta decada- de los temas del miedo y la paranoia.
Pero la pelicula se niega a ser reproducida. No me funciona. Y yo estoy aqui otra vez, con este calor que no me deja hacer nada. Como diria Gombrowicz, es el nopodermiento. Tio. No nada: casi nada: veo peliculas de Ingmar Bergman, con perdon. Mientras mi chica duerme, porque madruga y trabaja, yo bebo vino a sorbitos lentos y veo peliculas de Bergman. Antes de ayer, El rostro. Ayer, De la vida privada de las marionetas. Ninguna me da para la setentidad. La segunda casi me daria. Bueno, si me daria, bien pensado. ¿Una finta para enlazar La invasion de los ladrones de cuerpos de Philip Kaufman y la pelicula de Bergman? Nah, no era mi intencion. ¿Para que?
Eh, tio, Tropovski, ¿y para que la finta entre los ladrones de cuerpos esos y el manuscrito zaragozano?

Pues porque se me antojaba a mi desde hace cuatro dias, yo que se. Porque queria salir de este nopodermiento, de alguna forma. Hacer algo, lo que sea: cualquier cosa.
Si, lo se, es igual de inutil. Que calor.
Es el nopodermiento.

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