lunes, 8 de septiembre de 2014
Alejandro Hermosilla escribe sobre `Vigilia del asesino´
"Leí Vigilia del asesino escuchando The bitter pink de Los bichos y Badlands de Dirty Beaches, y pienso que hice bien. Porque Vigilia del asesino es furia y esquizofrenia y ruido. El retrato de un alma desorientada y torturada desnudándose ante el lector y no tanto, creo yo, un viaje exterior (que también). Hay cientos de vibraciones y miradas múltiples reflejándose en un espejo que es destruido una y otra vez, conforme la voz poética se asoma y contornea y baila frente al lector. Libro-peonza, aullido perdido, distorsiona el lenguaje, hace que sus versos chirríen para crear una sinfonía lingüística muy parecida a la que consiguen ciertos grupos psicodélicos y psicóticos. Libro-drone, recorre los vericuetos del apocalíptico mundo moderno con aires de disco de post-rock y retortijones de vinilos de Suicide y Can. Removiendo conciencias, destrozando a trizas la realidad hasta conformar el retrato caleidoscópico y partido de una sombra -el yo poético- que rebuzna, cruje, mira y salta por todas partes sin dejar de estar ante todo en sí mismo. Espeluznado por su propia incapacidad. Atemorizado por un mundo que aprende a esquivar y desbrozar ante nuestros ojos pasando de víctima a asesino en un maremoto de versos que no se detienen ni ante la muerte. Desean matar a la dama de la guadaña y a la vida para construir un limbo en el que únicamente exista el tiempo de los artistas. El tiempo de los asesinos. Ese muro en que todos los mundos son destrozados y la tensión, la frustración y la corrosión se escuchan y experimentan muchos años antes de que aparezcan".
Alejandro Hermosilla en su blog Avería de pollos. En la misma entrada, escribe también sobre los últimos poemarios de Cristina Morano y de Juan de Dios García. Os dejo el enlace justo aquí.
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